Pasar la víspera de Año Nuevo a bordo de un barco que realiza una vuelta al mundo es una experiencia única. No se trata solo de una cena o una fiesta: es estar en un lugar en movimiento, suspendido entre el mar y el cielo, rodeado de viajeros que comparten historias de puertos lejanos y miradas curiosas hacia el próximo destino.

Los días 30 y 31 de diciembre, el Vasco da Gama estará en Isla de Pascua (Chile), uno de los destinos más remotos y fascinantes de la ruta. Con sus enigmáticas estatuas moai y su rica cultura ancestral, la isla ofrece un escenario especial para recibir el nuevo año. Estar en un lugar tan excepcional en estas fechas confiere un significado particular: un momento de pausa y reflexión mientras nos acercamos a 2026 bajo un cielo amplio y sereno.

A bordo, la magia comienza mucho antes de la medianoche. Como en muchos cruceros que celebran el Año Nuevo con estilo, la atmósfera se prepara con cuidado: los salones y restaurantes están elegantemente decorados, la música en vivo acompaña diferentes momentos de la noche y una sensación creciente de anticipación se extiende por los pasillos y espacios sociales del barco.

El Vasco da Gama ofrece diversas experiencias que hacen de esta noche algo memorable:

• Gastronomía: Con cinco restaurantes distintos, el equipo de cocina trabaja de manera creativa y sostenible, preparando platos especialmente diseñados para la noche de Año Nuevo. Cada comida combina sabor y presentación cuidadosa, creando momentos memorables para compartir en la mesa.
• Teatro y entretenimiento: El teatro del barco, que ocupa dos cubiertas, acoge espectáculos durante toda la noche, acompañando a los pasajeros desde la cena hasta el inicio de la celebración. Música en vivo, danza y actuaciones forman parte del programa habitual de Año Nuevo a bordo.
• Bares y salones: Los diferentes bares y espacios sociales ofrecen música y animación, siendo lugares perfectos para encuentros, conversaciones y brindis con amigos u otros pasajeros.
• Cuenta regresiva y celebración colectiva: Al acercarse la medianoche, todos se reúnen en las cubiertas exteriores (si las condiciones meteorológicas lo permiten) para la cuenta atrás y el brindis colectivo, celebrando la llegada de 2026 con vistas al océano abierto.

Lo que hace que esta celebración de Año Nuevo sea realmente especial es el escenario: en el Pacífico Sur, tras una estancia en la mítica Isla de Pascua, a bordo de un barco que es un mundo en movimiento. Un viaje de 175 días alrededor del mundo ofrece experiencias únicas, desde paisajes intactos hasta el descubrimiento de culturas diferentes, permitiendo vivir plenamente el espíritu del slow cruising.

Recibir el nuevo año de esta manera significa empezar 2026 con tiempo y presencia, rodeado de mar, historias compartidas y el sentido de aventura que solo un viaje alrededor del mundo puede ofrecer.